24 de diciembre de 2012

14.

Ten cuidado por donde caminas
pues el destino ha quemado
las pupilas de los sueños
de los niños del sendero
que llevaba hasta tu casa

y se ha comido los puntos
y las comas
y los besos
y los versos
y la luna
y los olores

con los ojos cerrados
y las encías sangrando

apretando los dientes
y masticando tus palabras

en tus entrañas

en tu espalda

en las cosas que no dices


en el silencio de mis caladas

con el humo que
tal como viene se va

como prentenden hacer
-disimuladamente-
tus manos

sin previo aviso

y sin despedida.

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