23 de mayo de 2012

7.

Devoraeltiemposinaliento,

pero no pasa.

Se asusta y tiene miedo.

Se para.

Y al girar la esquina,
allí sigue,
con su chaqueta azul, a conjunto con sus ojos, y con su alma;

respirando sin permiso
los besos de dos adolescentes
que ni siquiera se conocen.

Simples desconocidos

comoellayeldestino.

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